viernes, 20 de agosto de 2021

psicoanálisis


Psicoanálisis no es psiquiatría. El psicoanálisis no concibe los conflictos y los padecimientos como “enfermedades”.
No recurre por lo tanto a medicamentos.
Los padecimientos más frecuentes de la época: la depresión, la angustia, las inhibiciones, los miedos o los pensamientos obsesivos incontrolados, y tal vez cualquier malestar que se ha vuelto insoportable, pueden encontrar en el psicoanálisis un tratamiento posible, a veces una resolución.
Un padecimiento puede ser el resultado de una decisión que no se ha sabido o no se querido o no se ha podido tomar. De un conflicto que se ha intentado eludir o ignorar sin resolverlo. De un dolor o un malestar que la persona, sorprendentemente, no se decide a perder o abandonar. De una pérdida que, sin embargo, no se termina de perder. A veces, de un saber o una verdad que no se sabe cómo soportar.
Suele ocurrir que el conflicto que genera un malestar se olvide, pero el malestar persiste. O desaparece temporalmente y más tarde vuelve pero ya sin que se recuerde el conflicto que le dio origen con lo cual es más difícil desprenderse de él. Puede ser que el conflicto olvidado se exprese en trastornos en el cuerpo o en el pensamiento o en la conducta pero en un lenguaje de símbolos incomprensible para quién los sufre y para quienes lo rodean. A esto se suma una especie de complacencia oscura y difícil de explicar con el malestar, que prolonga un padecimiento indefinidamente.
El psicoanálisis promueve un diálogo. Las formas, los modos, el curso mismo de ese diálogo no están establecidos previamente. Resultan del encuentro de cada persona particular con un psicoanalista. Y es de ese diálogo que puede surgir la verdad que oriente a quién consulta.

martes, 8 de noviembre de 2011

psicoanálisis psicología psicoterapia

psicoanálisis psicología psicoterapia

Psicoanálisis tampoco es psicología. No es un saber sobre la “conducta humana y sus desviaciones” ni una técnica para restaurar una supuesta normalidad.

Salud, normalidad, conducta humana, son palabras que uniforman lo que es enteramente singular de cada ser  humano. La normalidad es un ideal, o el resultado de la  norma. Cada época ha tenido la suya y hay tantas normalidades como culturas.

Las personas no están moldeadas en la normalidad: son efecto de su misma historia, de sus decisiones (conscientes e inconscientes) y …de la  suerte.

Cada psicoanálisis es el tratamiento particular de cada persona particular.

El psicoanálisis se parece al saber del artesano, a un saber-hacer. Lo que sin pretensiones podría llamarse una sabiduría. Un  saber que permite escuchar el saber que habita en el que habla. El saber que está en el paciente mismo, en lo que dice.

Por eso se parece en ocasiones, a una conversación, aunque no es una mera conversación. A veces en la charla más tranquila y en apariencia superficial, se rozan inesperadamente verdades que se habían mantenido alejadas, silenciadas.

Los dolores de la  existencia siempre están en relación con una verdad rechazada y con  las palabras en las que esa verdad está fijada.  

La astucia del psicoanálisis es que no deja escapar, sin antes señalarlas, esa verdad, esas palabras, que el hablar puede traer a la superficie.

Alumbrar una verdad, desenredar un dolor de las palabras en las que se ha fijado, puede reducir ese dolor o empujarlo hacia una transformación fecunda.

No se trata de suministrar consejos como la psiquiatría suministra pastillas. No es ayuda al modo del cliché de la  autoayuda .

Todo ello reclama de quien consulta algo más que la posición tradicional del “paciente” que concurre pasivamente a recibir “un diagnóstico y un tratamiento”. Tampoco la función del analista está centrada en suministrar indicaciones, pautas de comportamiento o consuelo.  

El psicoanálisis no es un tratamiento en el sentido del tratamiento médico sino en el sentido en que se habla del  tratamiento que se le da a un problema o a una pregunta o a una dificultad.

En este tratamiento el paciente participa, se compromete, se implica, activamente.

Si el psicoanálisis tiene algo que ver con la medicina es en la función que alguna vez tuvo la consulta del médico y que salvo excepciones se ha perdido: el lugar donde se llevaba un problema, una pregunta o un padecer que no siempre precisaba de un medicamento sino, muchas veces, de alguien que pudiese darle lugar a la palabra y escuchar.